Colección Colectivo Cabo Astica

Fracturas y contra historia: La obra del Colectivo del Cabo Astica

“Me cansan las obras largas. En conclusión, busco la esencia de una materia”.
La Fontaine

Manuel Astica Fuentes (1906-1996) es una contradicción vital dentro de la historia cultural de Chile. Comandó la sublevación de la Armada en 1931, ejerció el periodismo y escribió en la cárcel la novela “Thimor” (1932), una enigmática obra de ciencia ficción: una vida agitada que remece la configuración lineal sobre el acto creativo de un sujeto que exprimió los intersticios del siglo XX.

Cincuenta años después, Chile se encontraba bajo una dictadura militar que desplegó profundas estrategias de intervención y control del Estado, condicionando directamente la creación artística. En ese contexto, un grupo de jóvenes audiovisualistas comenzaron a recorrer los cerros de Valparaíso durante 1985, en busca de la figura mítica de Astica, de quien se decía que aún vivía. Ricardo Carrasco Farfán, Gonzalo Duque, Vicente Parrini, Sergio Navarro y Felipe Tirado realizan así uno de los documentales más inquietantes de la década, De las armas y las letras, configurado desde una libertad autoral que enlaza una historia oculta con un punto de vista crítico sobre la realidad chilena, entendiendo el cine como una herramienta contracultural de rescate y memoria. Esto queda graficado en la censura de la que fue objeto por el Festival Franco Chileno de Video, entonces considerado un epicentro exhibidor de producciones independientes, lo cual desató la iracunda defensa de otro proscrito por la oficialidad, el poeta Rodrigo Maturana.

Considerado como un mítico “maestro”, Maturana había trabajado junto a Raúl Ruiz durante la Unidad Popular, y se ubicaba como parte de una anti tradición intelectual bohemia y culta, con escasas publicaciones pero muchas opiniones sobre todo. Maturana impulsó al Colectivo a la creación del “Taller de escritores audiovisuales”, realizando una joya del cine underground chileno: En busca del videasta perdido o Mister Off o el caso de las papas polacas (1986), que narra la historia de un caso policial ficticio que debe ser resuelto por un misterioso detective, del que solo escuchamos en la voz en off de Maturana, que busca al desaparecido videasta “Astica”, que nadie conoce. Un aparente juego de improvisaciones documentales que pone en jaque a los intelectuales registrados, como Justo Pastor Mellado o Nelly Richard, pero que también desnuda un espacio público donde las desapariciones eran cotidianas.

La última película del Colectivo sería Nostalgias del Far West (1987), recogiendo a un intelectual mayor de las letras chilenas, el poeta Jorge Teillier, que en palabras del también poeta Samuel Donoso González, “eligió pasar por la República/sin reloj ni palabra de honor”: funcionario público, evadía su propia condición de vida, amparándose en el alcohol y quemando los días en la escritura. El Colectivo lo filma en su natal Lautaro, donde el retorno se transforma también en la búsqueda generacional de un paraíso perdido, una Lemuria anhelada al interior de la anhedonia propia del Chile moderno.

Tras cuatro videos de impronta punk y naturaleza subversiva, los integrantes del Colectivo del Cabo Astica toman rumbos diferentes, aunque siempre ligados al audiovisual y particularmente al cine documental. Redescubierta hoy, su obra parece encontrarse con una tradición, dada por una presencia fantasmal cuyo alcance legitima y valora el trabajo de rescate del patrimonio audiovisual a dimensiones que traspasan la mera nostalgia.

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