Cuando voy al trabajo

ACERCA DE LA COLECCIÓN

«La Sortie des usines Lumière» (Obreros saliendo de la Fábrica) fue la primera película realizada por los hermanos Lumière, en 1895.

El hecho de que esta primera obra de los pioneros del cine estuviese dedicada a los trabajadores y el fin de la jornada laboral, habla claramente de la importancia que desde aquel entonces tendrá dicha temática en la historia del cine. Son muchas las ramificaciones estéticas, narrativas e ideológicas que pueden desprenderse de un motivo de tal importancia, sobre todo a la hora de pensar en nuestro cine latinoamericano.

«Laborando el comienzo de una historia sin saber el fin» dice el inmortal Víctor Jara en su canción «Cuando voy al trabajo», signada por el amor a su compañera y el futuro a labrar entre obreros.

Pero, ¿Qué pasa si dicho futuro, y dicha situación laboral, se ve amenazada?

Lo que trae la lluvia de Alejandro Fernández Almendras se centra en la historia de dos ancianos del sur de Chile, cuya labor asociada al campo está al borde de desaparecer producto de una modernidad cada vez más cerca de ellos, siendo también encarnada por aquellos destellos de un nieto en donde no pueden reflejarse.

El nuevo de Jairo Boisier marca el reencuentro de dos extraños en una fábrica y la imposibilidad de compartir un espacio común a pesar del nexo que paradójicamente une sus destinos para siempre.

El vigilante, de Edison Cajas, nos presenta a un creyente cuidador de una galería comercial, cuya siempre imperturbable bitácora vital se verá trastocada por la irrupción de dos figuras que podrían resignificar toda su existencia.

Las tres primeras obras están protagonizadas por una familia y por dos hombres en trance, respectivamente. El protagonismo femenino estará dado por las obras de Roberto Doveris e Ignacio Juricic, que a su vez comparten algo inusual pero absolutamente necesario: centrarse en mujeres trabajadoras de mediana edad.

En Ana interrumpe el día la labor doméstica del personaje principal se desdoblará dando pie a toda una resignificación de su espacio íntimo y de su propio rol familiar y como mujer.

En La toma son tres profesoras las que están al centro, ellas pondrán en práctica a su manera las lecciones que aprendieron de sus propios estudiantes para intentar contrarrestar la amenaza que se cierne sobre sí mismas, aunque su propia condición les juegue en contra.

Les invitamos a visionar estas cinco miradas y reflexiones sobre la jornada laboral, dedicándola a todes los agentes culturales y cineastas que en estos momentos tan complejos han decidido compartir sus obras para acompañarles.

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